Durante una llamada con inversionistas de Tesla, Elon Musk reconoció que las marcas de autos chinas podrían "demoler a su oposición global si no hay un incremento en barreras comerciales por parte de otros países para contener la nueva ola de autos eléctricos saliendo de China". Musk incluso elogió a estas compañías como "extremadamente buenas", retractándose de sus comentarios anteriores sobre la calidad de los autos chinos. Este cambio de opinión se produce en un contexto en el que marcas como BYD han superado a Tesla en ventas de autos eléctricos a nivel global.
El éxito de marcas chinas como BYD en el mercado de los vehículos eléctricos ha generado preocupación en la industria. China se ha convertido en el país que más autos exporta a nivel global, superando a Japón, y gran parte de este éxito se debe al impulso del gobierno chino, que ha implementado subsidios e incentivos para fomentar la adopción de vehículos eléctricos.
China domina la cadena de suministro de las baterías de litio, lo que representa un desafío para Estados Unidos y Europa. Se necesitan políticas que permitan a estos países construir cadenas de suministro diversificadas para reducir su dependencia de China en este aspecto.
Ante este panorama, Tesla está trabajando en una nueva plataforma más asequible para competir directamente con las marcas chinas. Esta nueva arquitectura debutará con un crossover compacto en 2025, con un precio objetivo de 25.000 dólares. La compañía también está explorando la posibilidad de producir estos vehículos en China, México e India, además de Estados Unidos y posiblemente Europa.
Europa está explorando alternativas como las baterías de sodio para reducir su dependencia de las baterías de litio. Empresas como Northvolt, Altris y Tiamat están desarrollando esta tecnología, que promete ser más económica y tener un rendimiento óptimo en diversas condiciones.
El reconocimiento de Elon Musk sobre el potencial de las marcas chinas en la industria automotriz eléctrica refleja la realidad de un mercado en constante evolución. La competencia en este sector se intensificará en los próximos años, y las empresas que logren adaptarse a estos cambios y aprovechar las oportunidades que surjan serán las que lideren la próxima era de la movilidad eléctrica.