
La seguridad automotriz continúa evolucionando, y la batalla contra los accidentes de tráfico no solo se libra adelante, sino que también mira hacia atrás. En esta ocasión, Ford ha patentado una innovación que podría cambiar el enfoque de protección para los pasajeros de la segunda fila. Se trata de un sistema de airbag “barrera” diseñado para desplegarse entre los asientos delanteros y los traseros en caso de choque frontal, reduciendo daños tanto para quienes van atrás como para quienes ocupan la cabina delantera.
¿En qué consiste?
El desarrollo fue registrado por Ford el 2 de julio de 2024, y la patente fue dada a conocer oficialmente el 7 de octubre de 2025 con el número de publicación 12434658.
El sistema propuesto es una bolsa de aire de tipo barrera que se despliega desde el techo hacia abajo, creando una separación entre la segunda fila de asientos y los de adelante. Su objetivo: evitar que los ocupantes traseros chocan contra los respaldos delanteros o incluso ir hacia el parabrisas durante un impacto frontal.
¿Por qué podría marcar la diferencia?
- Protección trasera reforzada: Tradicionalmente, los airbags están enfocados al conductor y pasajeros frontales, mientras los que van atrás tienen menores niveles de protección pasiva. Este airbag barrera podría cubrir ese espacio vulnerable.
- Beneficio para todos los ocupantes: Además de proteger a los que van en la segunda fila, este sistema puede ayudar a los pasajeros delanteros. En choques severos, las lesiones en quienes están adelante a menudo se producen por el golpe de los ocupantes traseros contra los respaldos de los asientos delanteros. La barrera inflable podría mitigar ese efecto.
Mayor seguridad si no hay cinturones: Uno de los riesgos más graves en impactos frontales radica en quienes van atrás y no llevan puesto el cinturón de seguridad, o lo llevan mal ajustado. Este airbag puede jugar un rol crítico en esos casos, reduciendo la probabilidad de desplazamientos peligrosos.
Lo que aún no está claro
Como con muchas innovaciones de patente, hay varios “peros” que conviene tener presente:
- Producción vs idea: Registrar una patente no significa que el sistema vaya a implementarse pronto, ni que llegue a todos los modelos. Ford mismo aclara que muchas de estas ideas están en fase de exploración.
- Costos y diseño: Adaptar los autos para incorporar esta barrera implicaría trabajar sobre la estructura del techo, el despliegue de la bolsa, sensores, tiempos de activación, etc. No es trivial desde el punto de vista técnico ni económico.
- Normativas y pruebas: Cualquier dispositivo de seguridad pasiva debe pasar pruebas rigurosas de impacto y cumplir con las regulaciones de cada país. La homologación puede ser un cuello de botella.
¿La próxima frontera en protección vial?
Sin duda, esta idea de Ford apunta a un salto evolutivo en la seguridad de los ocupantes traseros. En muchos autos, los pasajeros de la segunda fila tienen menor visibilidad mediática en cuanto a seguridad, pero en los hechos están igual de expuestos, en especial si el accidente es frontal y la desaceleración brusca empuja todo hacia adelante.
Si Ford logra llevar esto a producción, con buena confiabilidad de despliegue, integración en distintos modelos, y certificaciones que garanticen eficacia real, podría ser un diferencial importante en seguridad automotriz. No solamente en mercados de primer mundo, sino también en regiones donde los estándares de seguridad están evolucionando y los consumidores cada vez exigen más.